Mi Esperanza

He estado ausente últimamente y enseguida les platico por qué:

En mayo estaba sospechando que estaba embarazada; me hice la prueba de embarazo y salió positiva. ¡Mi esposo y yo estábamos muy emocionados, haciendo ya muchos planes! Tuve que esperar un poco antes de poder ir con mi ginecólogo.

Cuando por fin llega el día en que podremos saber qué nos dice el doctor, ¡nos llevamos una gran sorpresa! En la sonografía pudimos ver tres huevecillos muy pequeñitos. El ginecólogo dijo que hay posibilidad de que son tres bebés pero que pudiera sufrir un aborto, por algunos síntomas que tenía y que debería de estar en reposo absoluto. ¡Recuerdo lo exhaltados que estábamos, haciendo planes para cuando tendríamos a los bebés y adivinando si serían niñas o niños! Estábamos actuando como si todo estuviera bien.

Como vivimos en un lugar solitario, decidimos que lo mejor sería que me quedara en casa de mi mamá el tiempo que debería de estar en reposo. Además, así pudiera recibir atención médica más rápido si me hacía falta.

Una amiga me recomendó buscar una segunda opción. Este doctor dijo que parecían ser coágulos de sangre o un embarazo muy temprano. Entonces era casi lo mismo, pero más confusión. ¡Y solamente nos quedaba esperar!

Algunos días me sentía bien y no tenía sangrado, mientras otros sangraba bastante y me sentía muy débil. ¡Fue un tiempo muy difícil!

Fui con otro doctor todavía y también me confirmó que era muy pequeño. Que todavía no podemos escuchar el latido del corazón, aunque yo supe que si todo estaba bien, ya deberíamos poder escucharlo. ¡Más reposo y frustración para mi!

Hasta que pasaron los días y mi esposo vino para ir juntos con mi ginecólogo. Saber si hubo algún avance o si pudiéramos distinguir cuántos bebés son. Pudimos ver algo en la sonografia, pero no lo que esperábamos. Solamente vimos un huevo medio aplastado y con todo eso, la terrible noticia de que tuve un aborto espontáneo. Recuerdo que no pude llorar, pero que sentía como si mi corazón se saldría disparando de tanto dolor.

Para el día siguiente me interné en un hospital para hacerme el legrado. El bebé quiso salir mucho antes pero no pudo, por eso tuve sangrado. No me quedaba otra opción que hacerme la limpieza... Fue un día con demasiadas emociones, sentimientos y pensamientos. Pero una cosa jamás olvidaré: el apoyo y las palabras de mi ginecólogo.

Agradezco infinitamente el cariño y apoyo de mi esposo & la gran ayuda que recibimos de mi mamá. También a todas las demás personas que nos hicieron saber su cariño & apoyo. A Dios que nos cargó en sus brazos durante toda esta tormenta.
¡Gracias!

P.S. En un segundo podemos recibir la mejor noticia de nuestra vida y también la peor. Todo puede cambiar en un diminuto segundo...

Desde el corazón de una mujer...

Posted via Blogaway


Posted via Blogaway

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los Cuatro Temperamentos

DEPRESIÓN EN LA ADOLESCENCIA

Internet